423 Km en total. Dos enlaces de 64 y 191 Km. Una especial de 168 Km.
Etapa con mucha montaña, algunas dunas y tres fuertes trialeras. La primera, una subida de arena y roca suelta. Una locura para Tormenta. Otra trialera la he evitado bordeando la montaña. De locos… con un desnivel muy importante y una inclinación que la subida con la F 800 GS hubiese sido muy arriesgada. De hecho, cuando Luca Manca me vio al pie de la trialera, me hacía señales de que no la subiera. Y la última, una duna de arena muy blanda con algo de roca, la he flanqueado por un pequeño camino que he encontrado. Después, tripas corazón y ¡abajo!
La organización ha interrumpido la etapa en el CP2, media hora después de que pasara ese control. El fuerte viento impide que los helicópteros hagan su trabajo. Yo me había quedado perdido, por la falta de visibilidad entre el CP2 y el CP3. En algún punto me acerqué a un pequeño árbol para protegerme algo del viento, paré el motor, me bajé de la moto y comí un par de dátiles mientras pensaba qué hacer. Era complicado seguir el roadbook en esas condiciones y las trazadas habían sido borradas por la tormenta de arena.
He encontrado la carretera y he visto a mi amigo Diego con su quad, dirección Erfoud. Su dedo herido durante los trabajos de mantenimiento del quad le estaba torturando. Las circunstancias no han acompañado en esta ocasión a este gran piloto.
En cada etapa veo heridos por el camino. Motos abandonadas, esperando ser recogidas, mientras los pilotos ya han sido evacuados en helicóptero. Escenas que acongojan. Hay pilotos que arriesgan mucho y yo no le encuentro sentido.
Ahora me estoy dirigiendo al vivac cerca de Goulmima. En un desvío cerca de Rissani hay un coche de la organización. Graziano está esperando a los participantes para darles instrucciones. Me da agua fresca y después de una breve charla me dirijo a Erfoud, en donde otro coche está esperando en una rotonda para verificar que todos los participantes cogen la carretera adecuada. En enlace por carretera es largo y sufro por los mousse, ya que la carretera los calienta mucho y se degradan con mayor rapidez. Como es la primera vez que monto mousse en la BMW F 800 GS, intento no pasar de 90 Km/h, lo que es desesperante en algunos tramos largos de recta.
Escalando la montaña
Por fin llego a Goulmima, en donde una patrulla de la policía se encarga de indicar la pista para llegar al vivac. Voy siguiendo el roadbook que me lleva por caminos de montaña cada vez más rotos. Estamos en zona del Atlas y el vivac de la etapa maratón se encuentra a 2.200 m de altitud. A medida que voy avanzando el desnivel del camino se hace cada vez más vertiginoso. La vista es espectacular, pero un sólo fallo y la caída libre sería fatal. El camino tiene mucha piedra suelta, agujeros y escalones. Me divertiría más si el sol estuviese más arriba. No sé como serán los próximos kilómetros y me hace sufrir un poco pensar que está anocheciendo. Definitivamente no es el lugar para rodar de noche, así que me concentro e intento llevar un ritmo constante, sin parar.
Cruzo un río y llego a una planicie. Diviso el campamento y me entra un subidón. Vienen a recibirme algunos compañeros, contentos de que haya logrado terminar esta dura etapa. Gerard Farrés, que sabe muy bien que con Tormenta no es nada fácil superar estas etapas, me da la mano y me felicita.
Aparco la moto en el parque cerrado y suspiro al apagar el motor. ¡Qué pasada haber llegado hasta aquí!