Dos etapas con barro, trialeras y navegación

Por la mañana Tormenta estaba lista. La noche anterior llegamos a tiempo para pasar las verificaciones administrativas y técnicas sin problemas.

Era sábado, la primera etapa de la prueba, y el cielo estaba bastante despejado y la temperatura perfecta para una jornada offroad. El recorrido era muy endurero en algunos tramos, con trialeras de piedra de las que te hacen mantener la concentración sin bajar la guardia. Por la tarde empezó la lluvia que no nos abandonaría durante el resto del fin de semana. Realmente la lluvia complicó algunas secciones. Había que ir con especial cuidado con la roca mojada y las profundas roderas en las pistas.

Después de toda la noche lloviendo, la segunda etapa prometía ser complicada por la evidencia del barro. Nada más empezar nos encontramos con unas bajadas pronunciadas muy deslizantes. Los más de doscientos quilos de Tormenta me mantuvieron en tensión durante un buen rato, su inercia era implacable y pasarse de frenada suponía meterse en problemas.

El ambiente en Portugal es siempre increíble. La pasión que transmite la organización es auténtica, así como la de los participantes, no solamente portugueses, que vinieron de diferentes países europeos, hasta de Sudáfrica. Esta prueba de navegación del campeonato nacional, es perfecta para los pilotos de primera línea como Paulo Gonçalves, uno de los mejores pilotos de rally del mundo.

Al final de la prueba, llena de dificultades para mí, recibí un trofeo como segundo clasificado de la categoría Maxi-Trail.

La experiencia fue tan positiva que ya me he apuntado al Rally de Maçao, en el centro de Portugal, al que asistí ya el año pasado y en la que finalicé como primer clasificado de la categoría Hobby Trail.

Con el ganador de la categoría Hobby Trail, Rui Gonçalo Marques, y Claudia, de la organización

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